I
En la puerta del estudio de la radio comunitaria de la que hice parte muchos años, estaba pegado un afichito blanco y negro con las caras de les 16. Solo se veía con la puerta cerrada, cuando había programas al aire. Caso contrario, la puerta quedaba abierta y el afiche pegado a la pared no llegaba a verse. Creo que recuerdo tan nítida su ubicación y demás detalles porque pensé más de una vez en cambiarlo de lugar.
Por Antonella Álvarez
II
El 15 de agosto de 1972, integrantes del ERP, FAP, FAR y otras organizaciones revolucionarias intentaron fugarse del Penal de Rawson, donde permanecían detenidos/as en calidad de presos políticos/as de la dictadura de Lanusse.
El intento de fuga fracasó de hecho, pero fue también la profundización de un trabajo en unidad en los años previos a la dictadura del ‘76 y un golpe a la dictadura que golpeaba a los sectores organizados desde 1971.
El plan de fuga lo conformaban tres grupos que estaba previsto que salieran del penal en autos y camiones. Un grupo de 6, otro de 19 y un último de 115. Además, otros presos políticos colaboraron en la toma del penal, aunque no se fugaron, como es el caso de Agustín Tosco.
Ese 22 de agosto el encargado de la logística de los camiones entiende, luego de oír unos tiros, que el plan fracasó y retira la movilidad de los alrededores del penal. Cuando salen, en taxis y autos particulares que pasaban por el lugar, una parte de los/as militantes, dirigentes de las organizaciones, logra llegar al aeropuerto y tomar un avión. Espera al segundo grupo, de 19 compañeros/as, que no llega a tiempo. Despega rumbo al Chile de Allende y luego a Cuba. Son Mario Santucho, Domingo Menna y Enrique Gorriarán Merlo del ERP; Marcos Osatinsky y Roberto Quieto de las FAR y Fernando Vaca Narvaja de Montoneros. Cuenta la historia que cuando llegan a Cuba le dan la llave del penal a Fidel, en una Cuba que los recibe como héroes de la revolución y la patria socialista.
Algunas horas más tarde arribaría el segundo contingente de 19 al aeropuerto. Deciden tomarlo, hacen inmediatamente una conferencia de prensa y, a la vista de todes, se entregan. Van el juez y decenas de trabajadores de prensa a registrar ese hecho. Son las condiciones que exigen. Si se exponen no los fusilan, calculan. Sin embargo, en la madrugada del 22 de agosto son fusilados a manos de los capitanes Sosa y Bravo. La versión oficial va a hablar de un supuesto ataque. El gobierno nacional difunde entonces:
“A las tres y media de la madrugada del 22 de agosto se practicó una inspección de los detenidos: uno de los terroristas intentó arrebatar el arma al jefe de turno; se produjo un forcejeo y los guardias abrieron fuego para controlar la situación. Al cesar los disparos, se comprobó de que trece de los detenidos estaban muertos. Otros tres fallecieron horas más tarde como consecuencia de las heridas recibidas” (Mattini, 2003: 157)
Ricardo Haidar, María Antonia Berger y Alberto Camps, los fusilados que viven, le contarán a Francisco “Paco” Urondo en La Patria Fusilada cómo fueron las cosas esa madrugada del 22 de agosto, la noche anterior a ser liberados como presos políticos de la cárcel de Devoto, en el contexto de la llegada de Cámpora al poder.
En julio de este año, el ex marino Roberto Guillermo Bravo fue condenado a pagar una indemnización de 27 millones de dólares a familiares de las víctimas de la Masacre de Trelew por una corte del distrito sur de Florida, en los Estados Unidos, donde se refugió luego de la masacre.
La causa fue caratulada como “Camps contra Bravo” y su hija, Raquel, dice emocionada: “esta vez Camps y sus compañeros ganamos”. Se abre una puerta así a que Bravo pueda ser extraditado y juzgado en el país.
III
Unidad para qué
En este 50 aniversario han sido múltiples los actos, espacios de encuentro, pintadas, murales, bordados. Casi sin excepción, todes quienes hablan de Trelew rescatan la construcción de una alternativa en unidad de las diferentes organizaciones a las que pertenecían los y las presos y presas políticas. Compartiendo este sentimiento, vamos un poco más allá, para preguntar ¿unidad para qué? en el contexto de la fuga la unidad es para la revolución, para la emancipación latinoamericana y para la construcción de la patria grande. En un contexto internacional que tiene al Chile de la Unidad Popular y a la Cuba socialista como procesos en los que hacer pie, la revolución parece al alcance de la mano, y seguro de los sueños de cientos de militantes que organizan la fuga del penal.
Los para qué, los cómo, los cuándo, son preguntas que se desprenden automáticamente del qué y no siempre son de fácil respuesta.
VI
Haciendo memoria
A modo de homenaje, además de repasar los hechos históricos, los análisis posibles, lo que nos pasa con eso y cómo nos constituye en nuestra práctica cotidiana, queríamos compartir cómo hacen memoria otres.
Raquel Camps, hija de Alberto Camps, uno de los sobrevivientes de la masacre, asesinado años más tarde por el terrorismo estatal, y de María Rosa Pargas, desaparecida hasta el día de hoy.
Pedro Cazes Camarero, militante del PRT-ERP, Director de los periódicos «Estrella Roja» y «El Combatiente», detenido entre el 8 de julio de 1971 y el 25 de mayo de 1973, y entre el 10 de septiembre de 1973 y el 10 de octubre de 1983. Parte del plan de fuga y de los compañeros que se quedan en el penal.
Colectivo Cultural Awkache, que en La Plata realizaron murales por este 50 aniversario pero, para desafiar a la muerte, eligieron hacerlo el 15, día de la fuga y no de la masacre.
Bordando Luchas, que realizaron una manta colectiva donde ponen color a fotos que vimos una y mil veces en blanco y negro.
Juan Manuel Ciucci recupera aquella pintada de María Antonia Berger, que nos impulsa al recuerdo desde el presente.
Alan Dufau nos narra los pasos de una tragedia anunciada con sus dibujos y composiciones graficas.
Ignacio Andrés Pardo ilustra el momento del fusilamiento.
Para profundizar siempre la construcción, discusión, formación y acción colectiva y transformadora. Porque nos desaparecieron, asesinaron, fusilaron, pero seguimos empecinadas en el mundo por el que dieron la vida, porque se le parece bastante a lo que soñamos.
V
Antes de terminar necesito ver el afiche que me acuerdo tan nítido pegado en la puerta del estudio de la radio. Google me asiste. Y ahí está. El mismo afiche en la frívola pantalla. Es el afiche pero no. Los afiches son también los lugares donde están. Y las historias atrás. Trelew es nuestra historia. Hoy y siempre.

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