Por un sitio de memoria en la Comisaria Tercera de Lanús

Este 17 de septiembre organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, vecinos y vecinas autoconvocadas, van a marchar desde el Puente Ezequiel Demonty hasta la Comisaría Tercera de Lanús/Valentín Alsina, para exigir que allí funcione un Sitio de Memoria.


El circuito Camps es la red de centros clandestinos de detención que funcionó en la zona sur del conurbano bonaerense, durante la última dictadura militar, bajo las órdenes del entonces jefe de policía Ramón Camps. Según la Comisión de vecinos y vecinas de Campomar, hasta el momento se probó la existencia de unos 30 centros clandestinos de desaparición, tortura y exterminio de personas, entre los que están «El Vesubio», Destacamento de Arana, «Pozo de Banfield», «Pozo de Quilmes» y la Comisaría 3°. Pero se sospecha de una red más extensa, que conecta lugares aparentemente aislados entre sí. Además, por la cantidad de personas, no solo las desaparecidas, sino por las miles más que estuvieron detenidas desaparecidas, fueron torturadas y reaparecieron, se estima que era imposible que los centros fueran pocos. Por ejemplo, solo en la ciudad de La Plata hubo 12 centros clandestinos.
La comisaría 3°, ubicada en Yatay y Palacios, reconocida como parte de este circuito, alojó desde antes del golpe de 1976 a militantes políticos y sociales, entre elles, a les estudiantes secundarios sobrevivientes de La Noche de los Lápices, de la que se están cumpliendo 46 años. Fue señalizada como espacio donde se cometieron crímenes de lesa humanidad en 2012 pero al momento sigue funcionando como dependencia policial.
El mismo lugar que operó como centro clandestino de detención sigue siendo hoy comisaría. Sabiendo de las violaciones a los derechos humanos cometidas por parte de las fuerzas de seguridad en tiempos democráticos, resulta urgente poder crear allí un sitio de memoria, para que cada quien que pase por la puerta pueda entrar y hacer memoria, además de recordar que allí funcionó el horror, porque un cartel lo señaliza. Que ese espacio se ponga a disposición de contar la historia. La masacre de Pergamino, ocurrida en la comisaría primera de dicha ciudad, ex centro clandestino de detención, sólo pudo ser sitio de memoria luego de la Masacre del 2017, cuando siete pibes perdieron la vida, encerrados en una celda, hacinados, sin ninguna protección estatal, y en completo abandono policial.
Tan solo en Lanús hay 400 desaparecidos, sin contar los caídos en el intento de copamiento del Regimiento Domingo Viejo Bueno, por el ERP en Monte Chingolo.
Como sucede en otras cárceles y comisarías, la convivencia entre el cartel de memoria que señaliza el sitio y el funcionamiento policial es tensa. Al día de hoy, las comisarías, las cárceles, los institutos de menores, son sitios donde se violan a diario los derechos humanos. Territorios de donde la dictadura nunca se fue. Este año fuimos a sacar unas fotos a la fachada de la comisaría, salió el oficial, nos preguntó que hacíamos, le dijimos prensa cubriendo el 24 de marzo. El perro que siempre para en las comisarías de todos los barrios nos ladró. Nos fuimos.
Qué lindo sería ver florecer la memoria, tener un espacio de encuentro en ese lugar de tanta muerte, horror y desaparición.

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